Por: Javier Millán Gómez
En 2012 los panistas disputaban la candidatura interna para las elecciones presidenciales. Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Ernesto Cordero buscaban hacerse de una plataforma electoral. El Facebook fue un medio concurrido para ellos.
En 2012 los panistas disputaban la candidatura interna para las elecciones presidenciales. Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Ernesto Cordero buscaban hacerse de una plataforma electoral. El Facebook fue un medio concurrido para ellos.
Recuerdo que Ernesto Cordero subió a la red social una serie
de videos donde personajes “famosos” lo entrevistaban. Uno de ellos fue el ex
futbolista Cuauhtémoc Blanco. –La política es como el fútbol, están los rudos y
los técnicos- declaraba el político blanquiazul en esa entrevista. Ridícula su
declaración, confundía la lucha libre con el balón pie.
Más allá de su error, aproveché para hacerle un comentario,
le pedí a Cordero buscar otro tipo de entrevistadores, me ofrecí para serlo.
Argumenté lo insulso que resultaba invitar a famosos a platicar con ellos;
habría que cuestionarle otras cosas al político del Partido Acción Nacional,
por ejemplo, cómo podría ser posible que hubiese declarado que con 6 mil pesos
mensuales puede vivir un mexicano.
Mi comentario despertó la atención con reacciones de otros
usuarios, la cuenta del político respondió, me pedía enviarle un correo
electrónico para realizar el seguimiento a mi petición. Un servicio común de
atención al cliente. Muletear al usuario y hacerle pensar que está siendo
considerado.
Unos meses después hice lo mismo en el Facebook de Peña
Nieto, cuestioné, mi comentario fue eliminado. No había cabida para mensajes
que exigieran respuestas de la índole de mi pregunta.
Luego de los sucesos en Iguala, Guerrero en 2014 y la
desaparición de 43 normalistas. Las publicaciones del presidente mexicano se
saturaban con comentarios llenos de #FueraPeña , cientos de mensajes con el
hashtag repitiéndose una y otra vez. Ningún comentario de ese tipo fue borrado.
Escribir varias veces #FueraPeña no provocaba nada.
Sí, sólo algunos mensajes de los usuarios son eliminados.
Los que provocan.
En la actualidad, pareciera que el Facebook se acentúa en lo
cómico, en el entretenimiento somero que busca apaciguar y distraer a sus miembros;
memes y videos saturan varias timelines .
Los comentarios de los usuarios ya no provocan, al contrario, incitan a la
burla y a la comedia.
Los mensajes en la red social del presidente mexicano Peña
Nieto han cambiado. “Mi tlatoani”, “Mi Lord”, “Grandísimo emperador”, “Dile a
Paulina que… (Hija del presidente)”. Un sinfín de referencias que resultan
sarcásticas y acumulan reacciones divertidas entre los miembros de la comunidad
que siguen también a la cuenta del priista. Los mensajes no exigen.
En la sinergia de intenciones, los políticos priistas le han
entrado al juego, José Antonio Meade responde “Yo mero”, cuando le preguntan si
sugiere a alguien apto para gobernar el país. Ahora el Facebook de Peña Nieto
empieza también a responder, aquellas respuestas buscan y logran ser una
explosión de buen humor. “Hoy no tiene permiso de salir” escribe en respuesta
al usuario que preguntó sobre su hija. “Estoy enamorado” responde a Sarinel
Villegas, luego de que comentara: “Es usted un poeta, grandísimo tlatoani”.
La imagen de Peña con su esposa Angélica Rivera en el Día
del Amor y la Amistad desató una serie de comentarios que fueron respondidos
por la cuenta del presidente. La mayor parte de los mensajes llenos de burla,
las respuestas sólo dieron continuidad a las intenciones cómicas de los
usuarios.
Al parecer nadie pudo cuestionar el amor del presidente y su
esposa que no es tan evidente, cuando recordamos a Peña retirándole el brazo
mientras caminaban, o cuando Angélica lo deja con la mano estirada, rechazando su
cortesía mientras caminaron junto a Felipe rey de España en 2016.
No sé qué me genera mayor inquietud, la cuenta del
mandatario mexicano respondiendo “simpáticamente”, o los usuarios que persisten
en la ironía y los comentarios divertidos.
Facebook se ha estado transformado. Pero me queda claro que
lo que provoca, o incita al descontento, nunca es de agrado para el gobierno.
Los mensajes cómicos de ahora en adelante serán aceptados, y propiciaran una
posible aceptación por parte de los políticos que dejarán de vincularse en las
redes sociales con sus ciudadanos, en su lugar serán personajes de un estallido
de entretenimiento.
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