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Amar a México, pero no a los mexicanos


Por: Javier Millán Gómez 

Las fiestas patrias han tenido un poder mediático muy interesante, peleas de boxeo tienen su espacio en días exactos a nuestras celebraciones; un trillado “Viva México” se encuentra por todos lados y las banderas tricolores se perciben en cada espacio, desde las oficinas de gobierno que entorpecen trámites, hasta el transporte público donde cada camión que invade el paso peatonal se encuentra con una bandera atada en alguna parte de su carrocería.

El mexicano así celebra y encuentra su sentido de pertenencia en las telas tricolores e imágenes de Miguel Hidalgo y José María Morelos colocadas por doquier, sin mencionar los alimentos mexicanos que se preparan en varios hogares. Los medios de comunicación son los que promueven esos símbolos año tras año sin profundizar en lo absoluto en lo que estos representan.

Así es, el mexicano asume su sentido de pertenencia en los términos y condiciones exactas que dicta alguien más, le dicen qué tiene que celebrar y cómo debe celebrarlo. No se les ocurra pensar distinto.
Juan Villoro en el documental “Hecho en México” menciona que en el país deben emerger los ciudadanos que asumen una forma única y particular de asumir su pertenencia a la nación. Por eso es importante discutir ¿Qué nos hace ser mexicanos?, ¿Cuál es la forma en la que cada mexicano desde su estado o municipio siente arraigo por su tierra, la defiende, cuida o protege?

La gastronomía y la música tradicional son quizá las respuestas más frecuentes. Todo ello que responde a una cuestión cultural reconocida a nivel internacional; pareciera que se habla de la cultura como algo ajeno a los mexicanos, algo que no constituyen ellos con sus decisiones, pero la cultura no es nada sin la interacción social; tuvieron que compartirse recetas para consolidar y preparar los sabores de todos y cada uno de los alimentos que conocemos. La gente creó la música y sus letras sobre pobreza como lo hacía José Alfredo, los mexicanos crearon su cultura, México es hecho por los mexicanos.

Pero es preferible hablar de símbolos abstractos y coloridos y de nuestros héroes patrios, en lugar de hablar de los nuevos mexicanos laureados y reconocidos, además de señalar y discutir sobre las nuevas letras de la música mexicana que se permean de sentidos machistas o criminales.

Justamente, el 15 de Septiembre, Mara Castilla de 19 años fue encontrada muerta unas cuantas horas antes de que el Canelo subiera a la báscula previo a su pelea. La estudiante poblana fue asesinada y violada en un Motel, luego de haber abordado un automóvil de la empresa Cabify.

México deja de ser interesante cuando estos acontecimientos se suscitan, generando una ola de manifestaciones en los últimos días, México es un país peligroso para ser mujer. El acontecimiento y las opiniones desatadas en Redes Sociales que sentenciaban el acontecimiento molestaron a unos cuantos. Un usuario escribió en Facebook al respecto:

“Ya me tienen hasta la madre estas putas malparidas, hay cosas más importantes en qué enfocarnos como sociedad, por ejemplo, apoyar a los damnificados por los sismos”.

Criticando fuertemente desde el anonimato y dictando severamente las prioridades de este país, algunos así vuelven México, un país donde los mexicanos sentencian, no dialogan, no son flexibles en su pensamiento para estar dispuesto a transformarlo. Sí, México es interesante pero no los mexicanos. 

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