Por: Javier Millán Gómez La ley de seguridad interior aprobada por el senado hace unos días; un decreto que permite que las fuerzas armadas puedan intervenir en amenazas a la seguridad interior en el país. La ley ha sido cuestionada por lo ambiguo de su redacción. Justamente recordé a un maestro en la universidad: “La ley tiene que ser ambigua para que aquellos que tienen el poder, ejerzan el control sobre ella”. Las fuerzas armadas podrían tener autonomía en su actuar; ciudadanos manifestándose en las ciudades serán considerados como una amenaza. La manifestación no le conviene al gobierno, la inconformidad colectiva es indicio de una posible transformación y eso es una amenaza para los que ejercen el poder. La ley de seguridad interior lo posibilita. El aislamiento es una forma básica de control; hay una idea trillada que salpica el pensamiento contemporáneo del mexicano, pensar que el cambio empieza por uno mismo. De formas particulares e individuales no se constituyen tran
Pensando en lo que no se ha pensado