Ir al contenido principal

El sexo por ocio (El amante extraviado)

Por: Javier Millán Gómez

Mauricio Garcés fue una figura del cine mexicano, hombre seductor y mujeriego que en la mayoría de los casos no comprometía la felicidad de las mujeres con las que andaba, era experto en llamar la atención y sabía qué decir de acuerdo con la chica que tuviera enfrente; sus habilidades radicaban en su excesiva seguridad en sí mismo de tener objetivos y ser paciente: “No soy imposible, difícil sí, pero quien persevera alcanza”, dando un giro lógico al proceso de seducción, bajo la idea de ser buscado y no buscar.

La seducción es un proceso de incertidumbre, lleva consigo el cuestionamiento de no saber qué va a pasar después; y para ello tiene que haber un conocimiento pleno de la persona a la cuál se pretende seducir, hay que interpretar señales, formas de pensar, límites, deseos, sentidos y formas de ver la vida. Quien seduce y además es complaciente respeta la individualidad de cada persona. Bajo ese esquema, no cualquiera puede desarrollarse como seductor.

El sentido del sexo que rodea a los jóvenes está sometido a ideologías específicas de inmediatez; en la música el reguetón simplifica la relación sexual, es algo que se tiene, una cosa que entra a la otra.  

Los reality shows como “Acapulco Shore” transmiten una silmplificación también insulsa y poco pensada, tener sexo es un sentido de dominación y ventaja frente a los demás, la cantidad de relaciones sexuales proyecta ventaja; aunque eso no involucra conocer a los demás y sobre todo conocerse a uno mismo.

El consumo del sexo se vuelve mercancía, es algo que se tiene, se desecha y se vuelve a tener, pero con otra persona-producto. Pero no hay un disfrute una exploración de los cuerpos que defina lo que nos gusta y lo que nos constituye como inolvidables.

Llevo 7 años en la docencia, y cada año percibo generaciones con sentidos de vida más distantes a los míos. Se centran en su propia felicidad y no en la de los demás, pero sufren cuando son remplazados por alguien más dentro de sus relaciones amorosas; pasan el tiempo en su celular sin buscar algo en específico, dejan que la vida pase mientras ven la pantalla y les llega la muerte, se drogan si haberse sentido presionados o estresados previamente. Hacen cosas por ocio, hasta tener relaciones sexuales.
Inician la segunda década de su vida, han tenido tal cantidad de vivencias sexuales que me resulta inimaginable; pero acuden a sus profesores porque aún no se conocen a sí mismos, exploran cuerpos sin aprender de ellos. No saben cuáles son las habilidades que se sobreponen a lo material. Viven sin asimilar sus experiencias y sin conocerse. No tienen fronteras y no las identifican en los demás, por lo mismo no saben negociar el placer. Hay una crisis existencial en ellos, se ven a sí mismos como productos y no saben ser amantes, ni seductores; todavía piensan que los demás son iguales y ocupan el mismo método para poder ligar. De seguir así, serán unos ancianos sin experiencias de vida, pues la vejez no garantiza el conocimiento, ni los cuerpos explorados la experiencia de un amante.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Un ritual de ligue llamado: “Tinder”

Por: Javier Millán Gómez Columna publicada en "El Sol de Toluca". Viernes 17 de Abril. El espacio público, calle, escuela, trabajo, fiestas, bares, parques o el transporte público. Múltiples formas de hacernos coincidir entre seres humanos, distintas maneras de conocernos a partir de un accidente cotidiano. Sin embargo, la gente decide hacerlo por Tinder. Es cierto, en tiempos de COVID-19, lo virtual nos ayuda a generar nuevas formas de socializar y también de conocernos; “pon un punto y te digo algo” se lee frecuentemente en Facebook. Por esos nuevos espacios virtuales de socialización les compartiré un pequeño experimento.   Hace unos meses descargué Tinder, tenía curiosidad de su funcionamiento y sobre todo por la manera en cómo las personas se conocían. Quise mantener un poco mi anonimato así que sólo me conectaba en otra ciudad, para que los que pudieran verme fueran completamente desconocidos. La plataforma te permite seleccionar si estás interesado en conocer ...

Feminismo sin hombres

Por: Javier Millán Gómez El viernes pasado se conmemoró el #DíaNaranja ; un día destinado a promover la campaña que pretende poner fin a la violencia contra la mujer, encabezado por la Organización de las Naciones Unidas cada día 25 de cada mes se llevará a cabo, el impacto de hace unos días lo llevó a ser  trending topic  en Twitter. ¿Y los hombres qué opinamos al respecto? La campaña se suma a otras que incorporan las problemáticas sociales de la mujer en la vida cotidiana. Desde el mes de octubre con la prevención del cáncer de mama, hasta el Día Internacional de la Mujer el 8 de Marzo. Este último día me ha hecho replantear mil y un cosas, pues algunas amigas cercanas se ofenden cuando las felicitan; consideran que no es un día para felicitar a las mujeres, sino para recordarnos el reconocimiento y la lucha de sus derechos humanos, a pesar de que organizaciones públicas y privadas han vuelto tradición enviarles algún obsequio a sus trabajadoras y los medios de com...

La opción de comprar en línea

Por: Javier Millán Gómez Las circunstancias ameritan el uso de plataformas digitales para ejercer el acto de compra. La confianza es el valor en disputa, pues para poder comprar en internet es importante asegurarse quién está vendiendo, qué es lo que vende y cuándo recibes lo que compras, el código es constante; la confianza. Para poder adquirir un producto es importante conocerlo, pero más aún saber quién es el medio para comprarlo, en particular es una persona la que puede venderte el producto. Hemos sido abordados muchas veces por alguien en la calle que pretender vendernos algo, la desconfianza suele ser el factor determinante por lo que no compramos lo que nos ofrece un transeúnte. Recuerdo un vendedor en el transporte público, vendía semillas de girasol garapiñadas, lo veía tantas veces que ya me sabía su discurso monótono y perfectamente ensayado; pero vendía ofreciendo “sin compromiso” una pequeña porción de su producto para probarlo. Así era como quería establecer ...