Por: Javier Millán Gómez
Meade, AMLO, Anaya. La elección se pretende ganar recordando apellidos, no nombres, ni siquiera partidos políticos.
La propaganda partidista se está moviendo bajo esos términos, los mensajes dentro de spots de radio, televisión y espectaculares no mencionan el nombre de los partidos, le apuestan más a las frases. Para Ricardo Anaya hablar de la coalición a la que él pertenece resulta complicado, el Partido Acción Nacional como institución tradicionalista, conservadora y neoliberal está en una supuesta colaboración con el Partido de la Revolución Democrática, que presume de ser revolucionario, de izquierda, incluyente, en favor del aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El disparate partidista ya está consumado. Anaya quiere representar a esos dos partidos, pero su discurso no es incluyente, al estar respaldado por dos partidos tan diferentes debería mostrarse conciliador, por ahí debería de lanzar su retórica, un candidato que ha unido partidos. Pero Anaya no lo hace, ni lo hará. Prefiere hacer alusión al nombre de la coalición: “Por México al Frente”. No sé qué entienda Anaya por “México”, y en su definición, conocer dónde caben todos y cada uno de los mexicanos.
A finales de Marzo, Anaya emitió un spot. –El PRI ya se va- afirma. La derrota tricolor resulta evidente para el que se encuentra ubicado en segundo lugar de las encuestas. Meade se encuentra en tercero, y parece que el rival a vencer será Andrés Manuel López Obrador. Eso lo tiene claro Anaya, pero un repunte del PRI en las encuestas haría ver al candidato de la coalición PAN-PRD-MC como un mentiroso, sus palabras lo hacen una víctima susceptible. –El PRI ya se va- nos gustaría saber a dónde y con quién.
-¿Qué tipo de cambio quieres?- pregunta a su audiencia. Menciona al candidato de Morena y la forma que elige para diferenciarlo es a través de una acusación insulsa: “A mi parecer con una visión ya anticuada de México y el mundo”. A Ricardo Anaya las cosas no le resultan claras o son contundentes para él, los hechos sobre AMLO “le parecen”, además de que no desglosa, ni explica esa visión anticuada de México que tiene el candidato de Morena.
La acusación al candidato de izquierda sin explicación en la misma, sólo será aceptada por aquel segmento de votantes que tienen ya una afinidad establecida con el candidato panista. Es decir los que representan su “voto duro” y que desde un principio supieron que iban a votar por él.
Sin embargo, la descalificación sin explicación, no captura la atención de los votantes indecisos, que sin duda, serán los más importantes para ganar la elección, son ellos los que harán la diferencia.
Ese spot se convierte en el parteaguas de la campaña de Anaya que veremos más adelante. Ya veremos si resulta congruente en sus mensajes, ofrece contenido o hace pensar lo que ninguno de nosotros ha pensado antes.
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