Por: Javier Millán Gómez
“La tercera es la vencida”, frase común dentro de la cultural mexicana, López Obrador pretende proclamar ese dicho. Las encuestas le favorecen en el arranque de las campañas electorales, en promedio 40% de la intención del voto está orientada a su favor.
Sus mensajes son constantes y persisten en una sola cosa; el abuso económico del gobierno y la diferencia acentuada con el pueblo mexicano. Uno de sus spots me pareció estupendo. Donde se muestran a varios trabajadores de diferentes oficios y profesiones laborando en una mansión, lavando un auto lujoso, limpiando lámparas o aspirando alfombras. – ¿Hasta cuándo vamos a trabajar para mantener los lujos del gobierno? – finaliza con esa pregunta. Es claro, Andrés Manuel propone un gobierno de austeridad, pero nada más.
Los mensajes electorales de Morena no tienen propuestas económicas, políticas o sociales. Sólo la austeridad económica del gobierno, AMLO pretende apretarse el cinturón y eso no constituye una solución integral al resto de los problemas que existen en México.
En uno de sus spots más recientes lo señala puntualmente -Se terminaron los privilegios en el gobierno. No me voy a subir al avión presidencial, no voy a ofender al pueblo de México- Para López Obrador la ofensa a los mexicanos está en los lujos del gobierno, no en las malas gestiones, las complicidades o en los abusos de autoridad. 7, 500 millones de pesos costó el avión presidencial, apunta el candidato, asevera que ya se lo ofreció a Donald Trump, lo va a vender, y con el dinero beneficiará al pueblo de México. Habría que ver en qué lo pretende gastar, o invertir.
El candidato de Morena no ha logrado reflexionar en las relaciones de poder que existen en el gobierno, la complicidad que incide y mantiene la continuidad del sistema. Un sistema que premia la obediencia, el servilismo y la falta de crítica. Denise Dresser en su libro “El país de uno” aborda el concepto de “Crony capitalism” o “Capitalismo de cuates” donde la creatividad y la competencia quedan deslindadas de todo aquel mérito que genere recompensas.
Si AMLO gana la elección en junio, no será distinto al resto de los políticos, deberá favores, estará en deuda con quienes lo apoyaron y buscará recompensarlos, sin importar sus capacidades. Dresser también ha dicho que los partidos políticos están inmersos en un sistema político y social que los vuelve muy parecidos a la hora de gobernar, independientemente de la postura ideológica que compartan.
La austeridad del gobierno puede ser un primer esfuerzo que nos permita cambiar la percepción de desigualdad, entre quienes ejercen el poder y el resto de los ciudadanos. Sin embargo, el no mencionar otros aspectos, hacen que Andrés Manuel se perciba ingenuo. Proclama constantemente las consultas ciudadanas, sin excepción, un error.
En una entrevista realizada hace algunas semanas, menciona que el matrimonio entre personas del mismo sexo deberá someterse a una consulta, su afán de democratizar las cosas de esa manera lo vuelven ineficiente. La violencia es producto de la desigualdad, entre más existan las diferencias y el estado no respalde ni reconozca a los grupos vulnerables, mayor susceptibilidad existirá de ser rechazados, negando empleos u omitiendo derechos humanos.
López Obrador parece bien intencionado, pero sin idea de la complejidad de los problemas sociales y de soluciones aproximadas.
“La tercera es la vencida”, frase común dentro de la cultural mexicana, López Obrador pretende proclamar ese dicho. Las encuestas le favorecen en el arranque de las campañas electorales, en promedio 40% de la intención del voto está orientada a su favor.
Sus mensajes son constantes y persisten en una sola cosa; el abuso económico del gobierno y la diferencia acentuada con el pueblo mexicano. Uno de sus spots me pareció estupendo. Donde se muestran a varios trabajadores de diferentes oficios y profesiones laborando en una mansión, lavando un auto lujoso, limpiando lámparas o aspirando alfombras. – ¿Hasta cuándo vamos a trabajar para mantener los lujos del gobierno? – finaliza con esa pregunta. Es claro, Andrés Manuel propone un gobierno de austeridad, pero nada más.
Los mensajes electorales de Morena no tienen propuestas económicas, políticas o sociales. Sólo la austeridad económica del gobierno, AMLO pretende apretarse el cinturón y eso no constituye una solución integral al resto de los problemas que existen en México.
En uno de sus spots más recientes lo señala puntualmente -Se terminaron los privilegios en el gobierno. No me voy a subir al avión presidencial, no voy a ofender al pueblo de México- Para López Obrador la ofensa a los mexicanos está en los lujos del gobierno, no en las malas gestiones, las complicidades o en los abusos de autoridad. 7, 500 millones de pesos costó el avión presidencial, apunta el candidato, asevera que ya se lo ofreció a Donald Trump, lo va a vender, y con el dinero beneficiará al pueblo de México. Habría que ver en qué lo pretende gastar, o invertir.
El candidato de Morena no ha logrado reflexionar en las relaciones de poder que existen en el gobierno, la complicidad que incide y mantiene la continuidad del sistema. Un sistema que premia la obediencia, el servilismo y la falta de crítica. Denise Dresser en su libro “El país de uno” aborda el concepto de “Crony capitalism” o “Capitalismo de cuates” donde la creatividad y la competencia quedan deslindadas de todo aquel mérito que genere recompensas.
Si AMLO gana la elección en junio, no será distinto al resto de los políticos, deberá favores, estará en deuda con quienes lo apoyaron y buscará recompensarlos, sin importar sus capacidades. Dresser también ha dicho que los partidos políticos están inmersos en un sistema político y social que los vuelve muy parecidos a la hora de gobernar, independientemente de la postura ideológica que compartan.
La austeridad del gobierno puede ser un primer esfuerzo que nos permita cambiar la percepción de desigualdad, entre quienes ejercen el poder y el resto de los ciudadanos. Sin embargo, el no mencionar otros aspectos, hacen que Andrés Manuel se perciba ingenuo. Proclama constantemente las consultas ciudadanas, sin excepción, un error.
En una entrevista realizada hace algunas semanas, menciona que el matrimonio entre personas del mismo sexo deberá someterse a una consulta, su afán de democratizar las cosas de esa manera lo vuelven ineficiente. La violencia es producto de la desigualdad, entre más existan las diferencias y el estado no respalde ni reconozca a los grupos vulnerables, mayor susceptibilidad existirá de ser rechazados, negando empleos u omitiendo derechos humanos.
López Obrador parece bien intencionado, pero sin idea de la complejidad de los problemas sociales y de soluciones aproximadas.
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