Por: Javier Millán Gómez
Entre unos arbustos ubicados en la reserva natural de Masái Mara al sudoeste de Kenia, dos leones macho se encuentran, se acarician mutuamente y se encima uno sobre el otro.
Entre unos arbustos ubicados en la reserva natural de Masái Mara al sudoeste de Kenia, dos leones macho se encuentran, se acarician mutuamente y se encima uno sobre el otro.
Una
fotografía que evidencia el acto le da la vuelta al mundo, se les atribuye una
condición homosexual, escándalo para los que creían que la naturaleza del sexo
existía y justificación para otros que demuestran que la homosexualidad existe
también en los animales.
Ezekiel
Mutua, responsable principal del Instituto de Clasificación de Películas de
Kenia, atribuyó la culpa a los turistas homosexuales, sentenciando que debido a
ellos los leones habían imitado conductas inapropiadas; como si los leones fueran capaces de ejercer
esa diferenciación y sobre todo entender las conductas humanas. Si los leones
imitan y entienden a los seres humanos, entonces son capaces de ejercer una racionalidad interesante.
Preocupado
por la situación, Mutua, desesperado por entender, declaró dos hipótesis más que
arrojan explicaciones posibles en este tipo de conductas dentro del mundo de la
selva, desde la importancia de analizar si los dos leones son machos
auténticos, hasta la intervención de fuerzas demoniacas que pretenden alterar
el sentido de procreación en los animales.
Kenia
atraviesa por una situación delicada, hace unos meses el presidente fue
reelegido, las protestas de la oposición se hicieron presentes en las calles, la explotación sexual y laboral afecta a miles
de personas en el país africano. Además de la pobreza extrema que se hace
presente. Situaciones similares que pueden afectar a cualquier país en el
mundo.
Y de todos
los problemas que puede tener un país, se presta particular atención a la
homosexualidad. Se elige eso como importante. Porque aparentemente no hay nada
más preocupante que el ser humano desafiando a la “naturaleza”, curioso que
sólo sea en las prácticas entre personas del mismo sexo.
Tengo un
problema con esa palabra; “naturaleza”, se utiliza para justificar lo que excede
al ser humano y también se busca entenderla para controlarlo. El ser humano
comenzó a hablar de lo natural cuando hizo evidente lo que “ya estaba ahí”
antes de la aparición del hombre en el mundo. La existencia del hombre ha
intervenido en ese entorno que se encontraba mucho antes que él, y comenzó a
generar explicaciones sobre sí mismo y sobre lo que lo rodeaba. Para comer,
tenía que sacrificar a la naturaleza, mutilarla. Pero comenzó a llamar
“natural” a la acción de comer per se.
La mayor
parte de las acciones humanas están orientadas a cumplir una función, a lograr
un objetivo y eso es parte de la naturaleza de los hombres; hombre y mujer
deben estar juntos para procrear y de esta manera, garantizar la continuidad de
la especie humana. Una continuidad que no ha sido cuestionada. Los homosexuales son acusados de ir en contra de esa continuidad, aunque en
el intento significaría sacrificar la felicidad de ellos mismos. Pensamos en la
felicidad como un estado ontológico, un
“deber ser” en todos los seres humanos. “Debes tener hijos”, “Debes tener un
trabajo seguro”, “Debes ganar mucho dinero”.
La sociedad
contemporánea dicta las normas y condiciones para ser feliz, sin cuestionar la
similitud y complementariedad entre las personas más allá del sexo. ¿Quién dijo
que alguien del sexo opuesto podría complementarnos más que alguien del mismo
sexo? ¿Quién pensó que las parejas heterosexuales contemporáneas realmente
estaban formando ciudadanos ejemplares?
Los
homosexuales tienen un interesante desafío, demostrar que sus acciones pueden
colaborar más con el mundo en la búsqueda del bienestar propio y ajeno. Y sin
duda eso hace falta en el mundo, personas que incidan en la felicidad colectiva
desde la diferencia.
Los enfermos
no son los leones que alteran la idea de normalidad y naturaleza, los enfermos
son los que en ellos ven un problema, sin analizar que esa normalidad
heterosexual no está siendo precisamente el mejor camino al discriminar y
acusar la diferencia de los que eligen su propia felicidad.
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