Por: Javier Millán Gómez
Siempre me ha gustado la lluvia, es justa, obliga a buscar
refugio, puede mojar a todos por igual; pero esa es la naturaleza traviesa que
sólo obliga a tender la ropa para que pueda secarse. Pero parece que huracanes consecutivos
y el temblor más fuerte de los últimos cien años tratan de enviarnos un
mensaje; o al menos mostrarnos algo que no conocíamos. ¿Qué es?
Un sismo sacudió México; Oaxaca, Chiapas y Tabasco sufrieron
los daños significativos con decenas de muertos y derrumbes en varias regiones.
De inmediato se emitió una alarma con la palabra “Solidaridad” implícita en ella,
en redes sociales los usuarios preguntaban sobre centros de acopio para la
recaudación de víveres para ayudar a las personas perjudicadas de esos estados.
Pareciera que en México ha existido siempre la tragedia, de
una u otra manera. Si no es por el narcotráfico, los políticos, la corrupción o
Donald Trump; es la naturaleza la que también nos vuelve víctimas, aunque es
precisamente esta última la que nos vuelve solidarios. ¿Por qué?, ¿Por qué los
mexicanos no son solidarios con los normalistas de Oaxaca o la matanza de
Nochixtlán del año pasado?
Parece que la solidaridad emerge cuando no hay responsables
de por medio. La mayoría de las tragedias mexicanas son vinculadas a personajes
en los que recae la culpa, Javier Duarte es el principal responsable de varias
tragedias de los últimos años en Veracruz, ninguna ocurrida por sismos o
huracanes. Y la solidaridad entre los mexicanos no ocurre ante este tipo de
acontecimientos trágicos y devastadores. Si hay culpables la tragedia puede
evitarse y el mexicano no se solidariza, si la naturaleza fue la causante
entonces el mexicano decide ayudar.
#PrayforMexico fue el hashtag para hacer referencia a la
tragedia de los últimos días. Líderes mundiales, deportistas y famosos enviaron
mensajes a México después del sismo.
La ayuda ya comenzó con camiones llenos de víveres trasladándose a Oaxaca, y las acciones
reprobables de los mexicanos también se hicieron presentes. Unos cuantos
“chingones” decidieron sacar provecho de un camión volcado en la autopista
Puebla-Orizaba y los lugareños del sitio robaron los víveres destinados a los
damnificados.
No juzgo la necesidad de los lugareños que robaron los víveres,
juzgo la incapacidad de sacrificio de sí mismos para ayudar a los más
necesitados. Ese es uno de mis problemas con los mexicanos en general, el
mexicano no está dispuesto a olvidarse de sí mismo para ayudar a alguien más.
“Primero yo, después yo y al último yo”, es la lógica que ocasiona varias
tragedias en este país.
Por otro lado es interesante el actuar del gobierno mexicano
que decidió suspender la ayuda a Texas para atender a las víctimas del sismo. Reconozco
las circunstancias que obligan a replantear prioridades, primero los mexicanos.
México siempre ha sido solidario frente a la tragedia donde
la naturaleza es responsable, pero se ha reservado la ayuda ante otro tipo de
tragedias. No quiero decir que rechace
la ayuda a los damnificados en Oaxaca, sólo que es importante ser
solidarios con todas las personas que claman AYUDA por cualquier acontecimiento
o circunstancia.
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