Por: Javier Millán Gómez
Puto (Definición según
la RAE)
-Calificación
denigratoria, ponderación, énfasis en la ausencia o escasez de algo-
Hace una semana fui a un partido de fútbol, insulté al
árbitro, le grité siendo sarcástico e irónico y sí, le gritaba “Puto” al
portero cuando despejaba el esférico. Al salir recogí las cajas de pizza que la
gente dejó tiradas en el estadio y las deposité en la basura. ¿Cuál de mis dos
acciones propicia un ejemplo y una continuidad para que las cosas cambien en
este país? ¿Por qué?
Las personas a cargo de los medios de comunicación insisten
en detener el grito homofóbico en los partidos de fútbol. Al inicio de la
temporada, la Federación Mexicana de Fútbol facultó al árbitro para poder
detener los encuentros deportivos si persiste la expresión empleada después del
despeje del portero. Quiero saber quién será el primer valiente.
Comentaristas en Televisa reiteradamente muestran el rechazo
hacia la afición que persiste en el grito, incluso condenan la manifestación
como una falta de educación y de instrucción por parte de los padres hacia sus
hijos, que dicho sea también son partícipes.
En un entorno que pretende generar una inclusión de la
comunidad homosexual, los esfuerzos por mitigar el grito han sido constantes,
tan es así que la afición del equipo de Tigres de la Universidad Autónoma de
Nuevo León ya cambió el grito: -Ehhh, Tigres- expresan al unísono mientras el
arquero despeja el balón.
Frente a todo esto me pregunto sobre la escala de
prioridades que llevan a los medios de comunicación a tomar medidas que
satanizan constantemente el grito, y la FEMEXFUT de autorizar la suspensión
total de los partidos. La violencia también se encuentra presente en los
estadios de fútbol, sin embargo no hay medidas tan severas como al gritar:
“Puto”. ¿Por qué?. Sencillo, la simulación y la rentabilidad que genera el
atender una problemática social que sanciona una expresión de ese tipo es clara;
como si eso volviera a México más incluyente con su gente.
También el desconocimiento de la palabra en el diccionario es
evidente. En ningún momento se hace referencia a los homosexuales. Entonces, si
se pretenden omitir las palabras que descalifican o menosprecian a algo o
alguien, el trabajo será exhaustivo y el pensamiento del mexicano limitado;
“Paciencia, prudencia, verbal contingencia” o “Crisis es lo que hay en sus
mentes”. No sé en realidad qué les parece más o menos ofensivo.
Por otra parte, los espectáculos de este tipo, al igual que
la Lucha Libre, siempre han resultado procesos catárticos, liberando la tensión
a la que el mexicano se somete día a día; tráfico, crimen organizado, salud,
empleos mal pagados, etc. Las alusiones a la homosexualidad en espectáculos
como la Lucha Libre son aún más evidentes; nalgadas, alusiones fálicas y besos
ficticios que causan repulsión y diversión en la audiencia. Y nadie ha decidido
sancionar al respecto porque la intervención en el fútbol siempre ha sido
rentable (por lo masivo que resulta) no sólo en términos económicos, sino
también políticos.
No sé. Habría que conocer si los homosexuales se sienten
agredidos por este tipo de manifestación verbal, si no es así, no sólo la
sociedad los está olvidando al no involucrarlos en el fenómeno y en la
discusión; también nos estarán quitando la expresión catártica de un buen par
de “Putos” que divierten. Y sí, Puto no es el homosexual, como diría Molotov:
“Puto el que nos quita la papa”.
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