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Ese sujeto extraño llamado “Roomie”


Por: Javier Millán Gómez
(Publicado en el diario "El Sol de Toluca". Viernes 23 de Agosto de 2019)
Tres cervezas y una limonada extraña sobre la mesa; me reuní con unos psicólogos un sábado para ingerir unos alcoholes que junto a una plática anestesian el pesar de cualquier semana laboral; comenzaron a hablar sobre los roomies, la experiencia más común cuando resultas estudiante foráneo o comienzas a independizarte.

Su mirada analítica  y psicológica me aportó una perspectiva distinta, todo ello me resultaba ajeno, yo nunca he tenido roomies, me salté esa experiencia, pasé de vivir con mis padres a estar completamente solo.
-Siempre que llegaba a casa, parecía que mi roomie estaba esperándome-. Me comentó uno de ellos. 

Su compañero en el departamento era extraño, parecía que lo vigilaba. Por supuesto que por ser psicólogo decidió un día aprovechar y hacerle un test, los resultados le generaron aún más inquietud, tenía indicios de esquizofrenia. Su roomie no estuvo ahí ni un mes, se fue sin avisar, sólo envió mensaje a su arrendadora, dijo que se iba y realizó una petición extraña; pidió quemar todas sus cosas que se habían quedado en su cuarto, jamás regresó.
De miedo.

En el intercambió vivencial de todos con los que me encontraba reunido, entendí algo. Un roomie es un extraño, es ajeno, un desconocido con hábitos distintos a los tuyos, y por supuesto, siempre es mejor elegirlo. Sheldon de The Big Bang Theory dejó de parecerme ridículo. La higiene, el orden, los tiempos, el respeto y todo el entramado de moralidad debe discutirse en un inicio. -Acordar las reglas- como dijo mi amigo Enrique.

Vivir con alguien es confrontar horarios, dividir gastos, aprender a negociar. Un choque. Es mejor que los roomies no sean amigos, la amistad puede resultar un riesgo cuando los hábitos empiezan a incomodar, se hacen fiestas sin acuerdo mutuo, cuando mientras alguien quiere dormir porque al día siguiente se levanta temprano, el otro decidí llevar una pareja sexual a su habitación.

Aunque, tener un roomie desarrolla y obliga a adquirir un valor humano que cada vez se encuentra escaso en un mundo que individualiza y aísla. Compartir.

Tener un compañero de casa o departamento involucra un abandono, que orilla a dejar de pensar en uno mismo por considerar al otro. Un traste sucio que debe ser lavado, la basura que debe ser recogida, el baño limpio después de usarse, y una fiesta re ubicada, tu roomie tiene que dormir bien porque al día siguiente trabajará demasiado.


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