Por: Javier Millán Gómez
(Publicado en el diario "El Sol de Toluca". Viernes 9 de Agosto de 2019)
(Publicado en el diario "El Sol de Toluca". Viernes 9 de Agosto de 2019)
“No tengo palabras”, “Te amo demasiado”, “Siento mariposas
en el estómago”, “Por siempre”, “Eres mi vida”.
Los enamorados han encontrado una forma de expresar su amor
en Redes Sociales, a la vista de los demás repiten las mismas palabras. Parece
que la única forma de expresar sus sentimientos consiste en replicar lo que
todos los demás dicen. Su sentimiento es limitado, al igual que su pensamiento
y su forma de describir la vida. No es nada extraordinaria si expresan siempre
lo mismo y al mismo tiempo son incapaces de manifestar algo diferente. Un
centenar de puentes peatonales están pintados con los símbolos “3MSC”,
relacionados a una película española famosa; candados con las iniciales de la
pareja están cerrados en algún barandal cerca de un río o una fuente. Y ni
hablar del performance de Heath Ledger cantando en las gradas junto a una
cancha, compartido en los muros de Facebook con el ícono de un corazón.
¡Cómo pretenden enamorar los jóvenes!
El amor a través de los medios de comunicación se ha
masificado, y al volverse mainstream pierde sentido en las personas que
buscan ser diferentes.
En una ocasión mientras iba en el autobús hacia mi casa, vi
en la esquina una pared pintada, cortesía del movimiento “Acción Poética”.
-Llegué a amarte tanto, que, para amarte más, comencé a amarme menos- se leía
en el muro del autor que para mí resultaba desconocido. Me hizo sentido, y
cuando a uno las cosas le hacen sentido es porque tienen una utilidad, el amor
para mí es eso, pensar menos en ti mismo por pensar más en alguien. El que
dedica una hora de su tiempo para ayudar a un anciano, el conductor que cede el
paso a alguien más, aunque lleva prisa, la madre que come hasta el último por
darle de comer primero a su hijo recién nacido.
El amor tuvo para mí otro sentido, pero fue hasta que lo
leí, todo el mundo mira películas románticas, pero ya pocos leen, y los que
leen sobre el amor piensan distinto en él y al pensar distinto, expresan
diferente y al expresar diferente enamoran con la palabra.
Leer permite pensar en lo que nadie ha pensado.
José Ovejero tiene un libro que se llama "La invención del Amor" donde el protagonista llamado Samuel, inventa una historia de amor en una relación que nunca existió, al ser confundido con el amante de una difunta. El libro está lleno de declaraciones amorosas, pero la conclusión del libro es una de sus más grandes enseñanzas. Ovejero dice que todas las historias de amor ya se han contado, pues se describen en la tragedia, la infidelidad, la separación, el tiempo, la sociedad, las clases sociales, la edad, los objetivos de vida, etc. Sin embargo lo que vuelve a cada historia diferente es el pensamiento, todos nosotros somos producto de escenarios específicos donde nos ocurren cosas, conocemos a las personas en circunstancias únicas, y cada persona merece su propia descripción.
-Mi amor, no tengo palabras para decirte lo que siento- dicen algunos. Tengo conflicto, quien dice no tener palabras es incapaz de generar un valor único, que sólo una persona puede obtener. Por qué enamorar con un -Qué bonitos ojos tienes-. Cuando lees, describes y eres capaz de decir algo diferente, por ejemplo; qué te provocan sus ojos cuando los miras, quién eres mientras la observas, cómo cambias tu forma de comportarte mientras lo haces, de qué color son y qué intensidad tienen, qué ojos habías visto antes, qué ojos ves ahora.
Hay tanto por leer para aprender a describir y solucionar uno de los problemas más grandes del ser humano frente a un problema. ¿Qué digo?.
Y tú... ¿Qué dices cuando quieres enamorar?
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