Por: Javier Millán Gómez
Puede parecer sencillo resolver los problemas del país, todos conocemos la solución; dar empleo, combatir la pobreza, apostarle a la educación, aumentar el salario mínimo, eliminar la corrupción, reducir a la inseguridad, pero la opinión pública le reclama a los candidatos a la presidencia de la república, cómo lo piensan hacer. La cuestión no radica en la descripción de los procesos para alcanzar los objetivos, si no en los impedimentos para poder lograrlos.
Las soluciones parecen evidentes, sin embargo, las dificultades para alcanzarlas no parecen claras, de acuerdo con los candidatos durante el segundo debate presidencial 2018, todo parece cuestión de voluntad política, basta con “querer hacer” para que el país se transforme. ¿Por qué no lo han hecho mandatarios anteriores? No lo explican, no saben, o no quieren explicarlo.
Estaría más tranquilo si describieran las circunstancias que impiden alcanzar una educación de calidad, la erradicación del narcotráfico, etc. Así tal vez tendríamos claro que saben la complejidad de los problemas y nos involucrarían como parte de una solución.
Meade no describe los obstáculos que el presidente de su partido ha tenido para no atender los problemas económicos. Anaya no habla de la intervención del PAN en soluciones específicas en el congreso o en gobiernos azules. López Obrador espera que sea presidente para poder intervenir, si tanto le preocupa el país ¿Qué acciones ha implementado en los últimos años para encaminarse a resolver los innumerables problemas que tiene México? El Bronco insiste en “mochar manos” a los corruptos, quizá dentro de su ocurrencia, como llamó López Dóriga a su propuesta, es el candidato que pretende transformar bajo un esquema de acción-castigo-aprendizaje, los corruptos dejarán de serlo por temor a quedarse sin manos, no por una cuestión moral.
En textos anteriores mencioné que las campañas deben tener un propósito informativo, de traducción, que haga saber a la población mexicana lo que está ocurriendo. Personas inmiscuidas en los procesos de gobierno deben saber las dificultades de erradicar la pobreza y políticas asistencialistas que pretenden atenderlas, el salario rosa, las despensas a cambio de votos, la Cruzada contra el hambre, los bancos de alimentos que propone el Partido Verde. ¿Son suficientes? ¿Estas políticas erradicarán la pobreza? ¿En cuánto tiempo? Por qué no criticar este tipo de acciones gubernamentales.
El narcotráfico es otro ejemplo que debe ser repensado. El tráfico de armas, el lavado de dinero, los bancos cómplices, el operativo “Rápido y Furioso” de hace unos años que terminó en un desastre al ingresar armas a territorio mexicano a propósito con el objetivo de llegar a los grupos criminales.
Quizá los candidatos tienen que ser obligados a responder, planteando situaciones específicas en las que ellos tengan que actuar o tomar decisiones. ¿Cuáles son las prioridades de los candidatos? ¿Cómo sus prioridades los encaminarán a tomar mejores decisiones?
En este debate no hubo problemas complicados, para los candidatos existen soluciones fáciles y esperan que los electores crean en “su buen corazón” para poder llevar a cabo las acciones pertinentes que vuelvan a México un mejor país.
Puede parecer sencillo resolver los problemas del país, todos conocemos la solución; dar empleo, combatir la pobreza, apostarle a la educación, aumentar el salario mínimo, eliminar la corrupción, reducir a la inseguridad, pero la opinión pública le reclama a los candidatos a la presidencia de la república, cómo lo piensan hacer. La cuestión no radica en la descripción de los procesos para alcanzar los objetivos, si no en los impedimentos para poder lograrlos.
Las soluciones parecen evidentes, sin embargo, las dificultades para alcanzarlas no parecen claras, de acuerdo con los candidatos durante el segundo debate presidencial 2018, todo parece cuestión de voluntad política, basta con “querer hacer” para que el país se transforme. ¿Por qué no lo han hecho mandatarios anteriores? No lo explican, no saben, o no quieren explicarlo.
Estaría más tranquilo si describieran las circunstancias que impiden alcanzar una educación de calidad, la erradicación del narcotráfico, etc. Así tal vez tendríamos claro que saben la complejidad de los problemas y nos involucrarían como parte de una solución.
Meade no describe los obstáculos que el presidente de su partido ha tenido para no atender los problemas económicos. Anaya no habla de la intervención del PAN en soluciones específicas en el congreso o en gobiernos azules. López Obrador espera que sea presidente para poder intervenir, si tanto le preocupa el país ¿Qué acciones ha implementado en los últimos años para encaminarse a resolver los innumerables problemas que tiene México? El Bronco insiste en “mochar manos” a los corruptos, quizá dentro de su ocurrencia, como llamó López Dóriga a su propuesta, es el candidato que pretende transformar bajo un esquema de acción-castigo-aprendizaje, los corruptos dejarán de serlo por temor a quedarse sin manos, no por una cuestión moral.
En textos anteriores mencioné que las campañas deben tener un propósito informativo, de traducción, que haga saber a la población mexicana lo que está ocurriendo. Personas inmiscuidas en los procesos de gobierno deben saber las dificultades de erradicar la pobreza y políticas asistencialistas que pretenden atenderlas, el salario rosa, las despensas a cambio de votos, la Cruzada contra el hambre, los bancos de alimentos que propone el Partido Verde. ¿Son suficientes? ¿Estas políticas erradicarán la pobreza? ¿En cuánto tiempo? Por qué no criticar este tipo de acciones gubernamentales.
El narcotráfico es otro ejemplo que debe ser repensado. El tráfico de armas, el lavado de dinero, los bancos cómplices, el operativo “Rápido y Furioso” de hace unos años que terminó en un desastre al ingresar armas a territorio mexicano a propósito con el objetivo de llegar a los grupos criminales.
Quizá los candidatos tienen que ser obligados a responder, planteando situaciones específicas en las que ellos tengan que actuar o tomar decisiones. ¿Cuáles son las prioridades de los candidatos? ¿Cómo sus prioridades los encaminarán a tomar mejores decisiones?
En este debate no hubo problemas complicados, para los candidatos existen soluciones fáciles y esperan que los electores crean en “su buen corazón” para poder llevar a cabo las acciones pertinentes que vuelvan a México un mejor país.
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