Por: Javier Millán Gómez
Al inicio del 2007, durante su acostumbrado monólogo, Adal
Ramones sentenciaba el aumento a la tortilla. 10 pesos el kilogramo. Haciendo
mofa del alimento esencial en la dieta de los mexicanos, declaraba que Carlos
Slim comía más tortillas que los demás.
11 años después la Unión Nacional de Industriales de Molinos
y Tortillas (Unimtac) prevé un aumento en el kilo de tortilla, se venderá hasta
en 17 pesos en algunas partes de la república.
La incertidumbre se ha vuelto parte de la cosmovisión
mexicana, el no tener certeza de lo que ocurrirá en su entorno está siendo una
constante; el mexicano se ha vuelto incapaz de aproximarse al futuro porque hay
cosas que lo exceden, sus decisiones no repercuten en su calidad de vida, la
mala administración del gobierno mexicano le complica su existencia. Y en medio
de todo esto inicia un año electoral, cuya lucha discursiva en las campañas
tratará de garantizar algo: La certeza.
Certeza de que el gobierno podrá transformar y beneficiar a
los mexicanos. Ahora sí habrá una transformación positiva y benéfica. Elegir al
presidente de la república tendrá tres posibles opciones notables; un loco
empedernido llamado Andrés Manuel López Obrador que acusa constantemente al
gobierno de Peña Nieto, un Ricardo Anaya que rescata de imagen neoliberal de
los panistas intelectuales y José Antonio Meade, de sonrisa insulsa y de
sinsentido en sus discursos que pretende conservar la idea de un PRI diferente.
Los electores deberán actuar bajo ese criterio, respondiendo
¿Qué candidato garantizará certeza? Es decir que el discurso se materialice,
que las acciones formen parte de un resultado, el que sea, pero que se realice.
La percepción de bondad no será suficiente durante las campañas.
Enfrente de este escenario político el mexicano seguirá
conservando la esperanza y la fe. De que ahora sí, el próximo presidente será
el bueno; y dicho sea de paso, que la Selección Mexicana de Fútbol llegará al
quinto partido durante el mundial de Rusia 2018.
El fútbol también tendrá una presencia mediática importante,
la información estará inundada de ello, porque existen mayores consumidores del
deporte que de política, así que los candidatos buscarán incidir en el futbol
para hacer política.
Tenemos que evaluar el conocimiento de los candidatos sobre
las circunstancias que constituyen los problemas, ese es uno de los caminos
para garantizar la certeza del cambio. El desafío será reducir la incertidumbre
para aumentar las probabilidades de certeza.
El mexicano no sabe aún qué pasará después de este año, pero
si hay algo que se vuelve constante en el pensamiento de los miembros de esta
nación, es la certeza de que la crisis social y económica de este país va a
continuar. Y los mensajes dentro de las campañas tendrán que garantizar lo
contrario.
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